Los diálogos con la guerrilla
¿Quien entiende? Esta suficientemente probado la función de productores y traficantes de drogas de la guerrilla en Colombia, no hay duda ninguna de su condición de terroristas, son sospechosos en primer grado de que están manipulando y apoyando a los indígenas caucanos en sus reclamos, son autores de muchos delitos calificados como de Lesa humanidad, secuestran, asesinan y recientemente el Presidente Santos denunció amenazas de muerte, ahora se anuncia que se han realizado diálogos con esta organización, muchas veces denunciados y tantas otras veces negados, se esta negociando con narcotraficantes, terroristas, delincuentes del orden que se quiera mirar, todos los calificativos le son imputables.
Esta claro que el Presidente nos mintió, en reciente locución dijo que no hay nada que temer y enumeró tres puntos que nos deben tranquilizar. ¿Quien le cree al Presidente después del reciente engaño? ¿Quien conoce las condiciones exigidas por la guerrilla y cuales va el gobierno a entregar? ¿Estarán representados todos los actores en la mesa de diálogos? Y los militares activos, ¿querrán de buen talante hacer parte de este nuevo circo?. En trino del trece de junio de este año, conteste al presidente con ocasión de un comentario de El acerca de una denuncia de estar en estos diálogos que los Militares Retirados no le tenían miedo a la paz, sino a   un arreglo indigno, a ver a los verdugos de la paz que se esta buscando, en altos cargos estatales o pagando penas ridículas por los delitos cometidos, mientras militares combatientes de esos verdugos están en la ignominia y pagando penas exorbitantes por delitos menos graves. Esa respuesta aun tiene validez, ¿que esta entregando Sr. Presidente? esperemos no sea el honor de un cuerpo que ha enfrentado los acontecimientos con valor y sacrificio no reconocidos suficientemente ni por el pueblo ni mucho menos por los grandes culpables de la situación: los políticos.
Ya es bastante con los Petros, Navarros y tantos otros terroristas que hoy incursionan por los cargos representativos del estado, para ahora ver Farianos y Elenos paseándose por el Congreso, legislando y dando clase de moral.