Militares en mesa de dialogo
Hay cosas
que duelen y bastante, cuando es el caso de afectar una institución que ocupó
la mitad de la vida de una persona que aprendió a quererla y respetarla, me
refiero a la presencia del General Mora en una negociación con terroristas
narcotraficantes, un militar tomado como ejemplo en escuelas de formación y
admirado por colegas de todos los rangos, hoy rebajado al nivel de Timochenco y
sus pares, para poder discutir de igual a igual las condiciones para… ¿para
que? Será para olvidar los crímenes de las FARC así sean de lesa humanidad o el
envenenamiento de tantos jóvenes y adultos en el mundo entero con las drogas
producidas y traficadas por ellos o tal vez olvidar los años de miseria y dolor
ocasionados al pueblo colombiano y de Venezuela y de Ecuador?.
¿Es posible
que esta gente no se conforme con lo prepactado con el gobierno y el General
Mora tenga que negociar cargos en las distintas fuerzas para los integrantes de
las FARC que quedarán cesantes?
En el
pasado gobierno esta misma guerrilla estaba mermada y a unos pasos de la
derrota, con el nuevo gobierno recuperaron fuerzas a pesar de los golpes
recibidos, pero seguían estando cerca de la derrota, sin posibilidades de recuperación
a pesar del avance aparente, estos diálogos son una oportunidad de salvación
que van a aprovechar.
Todos
queremos que estos tengan éxito, pero sin claudicaciones humillantes,
sin impunidad, no queremos otros exguerrilleros en cargos estatales ni cuerpos
legislativos o en los medios dando arengas y clases de moral a sus seguidores,
mientras impulsan acciones judiciales contra militares como ha sucedido hasta
hoy, por eso es imprescindible que el Fuero Militar sea restituido
inmediatamente. Y no es a la paz a la que se le tiene miedo, no, es a un pacto indigno, ofensivo a un pueblo y una institución que tantos sacrificios ha debido soportar para conseguir esta paz que queremos.