viernes, 26 de junio de 2020

Un cuento antes de dormir

Sorprende la rapidez de aprendizaje de un infante cuando verdaderamente se interesa en algo para lo que tiene talento. Hablo de Valeria Gutiérrez Bula, sobrina próxima a cumplir once años, terminando en este periodo la primaria en su colegio Trinitario de Cartagena si el coronavirus no obliga a cambio aún más drástico. Ya se publicó en este blog un cuento corto de su autoría, "El Dinosaurio más amigable", ahora, quince meses después, nos regala otro con estilo parecido, pero utilizando figuras literarias de las que no tiene conocimiento, pero si excelencia en su uso.

En literatura el Paréntesis consiste en dividir la información para al final encadenarla con otra, ella lo ha logrado perfectamente como lo vamos a ver más adelante.

Anástrofe coloca al final lo que creemos debe ir al principio de acuerdo con la lógica del relato, lo logra magistralmente.

Y por último Anticipación, nos relata el cuento y después nos traslada a un punto en que se concretan los acontecimientos.Ese aprendizaje en el lapso de quince meses, como dije, sorprendente a esa edad.

                                                      Un cuento antes de dormir

Érase una vez, una pequeña niña llamada Camila, que vivía en una gran ciudad en noreste de Colombia con sus padres y su hermano llamado Andrew. A los hermanos les gustaba jugar juntos y todo tipo de juegos, pero tenían su juego favorito, las escondidas.

Una mañana, toda su familia decidió ir a acampar en el bosque y como les gustaba tanto jugar a las escondidas aprovecharon que estaban en un lugar amplio y con muchos lugares donde esconderse, así que ellos y algunos de sus primos se pusieron a jugar.

En una de las partidas, mientras su primo Tomás estaba contando, los hermanos decidieron esconderse juntos. Se dirigieron a toda prisa al bosque tratando de encontrar el escondite adecuado para ganar el juego.

Luego de varios minutos buscando por todo el bosque, finalmente hallaron el escondite perfecto, era una pequeña cueva oscura, nadie los encontraría allí. Los hermanos decidieron usar el escondite y entraron a la cueva.

Tiempo después Camila le dijo a su hermano:

-Hermano creo que lo mejor es que salgamos de la cueva, se está poniendo oscuro y seguramente nuestros padres estarán preocupados llevamos mucho tiempo aquí.

Y Andrew le contestó:

-Ni loco, nunca gano las escondidas cuando jugamos con Tomás, lo más probable es que aún no esté buscando.

-Hermano puedes ganar después, lo importante ahora es que volvamos con nuestros padres.

-Pero hermana, por favor, quedémonos escondidos, solo un rato más.

Está bien solo un rato, pero si en 15 minutos no nos encuentran nos vamos de aquí.

-Okey:(

Pasado el tiempo, los niños intentaron salir de la cueva, pero se dieron cuenta de que estaban atrapados. Así que Camila muy asustada le dijo a su hermano:

-Oh no estamos atrapados ¿ahora qué vamos hacer?

-Gritemos, existe la posibilidad de nuestros padres escuchen-Dijo Andrew

-Sí creo que es lo mejor que podemos hacer.

Y así los niños empiezan a gritar pidiendo ayuda.

-Mamáaaa Papáaaa -

Ayudaaaa, estamos atrapados,

Ayudaaaa -

Alguien por favor Ayúdenos

Después de horas y horas de gritos nadie acudió a rescatarlos. Ya cansados, asustados y con mucha hambre, los niños decidieron descansar un poco, se quedaron dormidos, aunque era incómodo y frío.

Mientras tanto los padres de Camila y Andrew se encontraban muy preocupados, estaban buscándolos con toda la familia, habían llamado a la guardia nacional para que les ayudara, pero aun así, los niños no aparecían.

En la guardia nacional estaba Hannie, una perrita labradora muy inteligente que siempre lograba sus objetivos, mientras los demás descansaban, Hannie siguió buscando a los hermanos.

Gracias a sus habilidades olfativas, Hannie encontró la cueva y pudo rescatar a los niños.

Al día siguiente Camila y Andrew despertaron en su carpa creyendo que todo había sido un sueño, pero no lo era estaban enfermos por haber pasado toda la noche en la cueva.

Camino a casa sus padres les contaron todo lo sucedido y como Hannie los rescató de la cueva.

Por todo lo que había pasado, la familia decidió pasar por un hospital para que los médicos revisaran a Camila y Andrew.

Cuando llegaron al hospital más cercano, dejaron a los niños con el doctor para que los revisara. Después de varias horas examinándolos, se descubrió, que los niños lamentablemente tenían una enfermedad muy grave llamada malaria, el doctor dijo que seguramente les había picado un mosquito infectado mientras estuvieron acampando.

 Afortunadamente ellos carecían de muchos de los síntomas de la malaria solo tenían dos: fiebre y dolor de cabeza que son considerados síntomas más leves.

Dos semanas después, los niños se habían recuperado completamente siguiendo todas las indicaciones del médico.

Ya en casa, sus padres decidieron preguntarles a los niños por que no habían salido y por qué no habían llamado, a lo que ellos les respondieron:

-Papá, mamá nosotros estábamos jugando a las escondidas, y decidimos escondernos allí porque pensábamos que no nos iban a encontrar, cuando íbamos a salir nos dimos cuenta que estábamos atrapados, gritamos por horas, pero no nos escuchaban así que nos venció el cansancio y nos quedamos dormidos.

Y su padre les respondió:

Bueno entiendo, pero igual se merecen un castigo, no pueden ver a sus amigos por una semana.

-Ok entendemos no debimos haber entrado ahí en un principio-dijeron los niños-

-Buenas noches papá, Buenas noches mamá

-Buenas noches niños que descansen

Un par de semanas después, todo estaba solucionado, los niños podían verse con sus amigos, ya no estaban enfermos y en su casa vivía la perrita que los había rescatado.

Fin.

-Que buena historia mami, dijo Camila

-Qué bueno que les haya gustado. ¿Quieren saber quién son los verdaderos protagonistas?

-Claro que sí, respondieron los niños emocionados.

-Somos tu tío y yo, les dijo su mamá.

-WOW en serio mami? Preguntó Camila

-Si tuvimos muchas aventuras de pequeños. Ahora ustedes dos pónganse la pijama y a dormir. Les dijo su madre dándoles un beso en la frente. Buenas noches mis niños.

-Buenas noches mami, contestaron los pequeños.

Fin

                                                                                                         Autora: Valeria Gutiérrez Bula


Nota; Se han respetado los espacios, puntuación y redacción del original.



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