miércoles, 19 de julio de 2017

Un complejo social

Colombia entera está pendiente de la controversia entre un expresidente, político exitoso pero lleno de acusaciones por corrupción, violaciones a privacidad y algunas normas, con los acompañantes de su gobierno presos o fugitivos, contra un periodista (con apellido de tradición periodística), que confunde irrespeto con sarcasmo, que tiene publicaciones señaladas de pornográficas y manipulador del gremio para despertar solidaridad en su enfrentamiento verbal con el político - al mismo tiempo se presenta muerte de colombianos por uniformados venezolanos en territorio colombiano y de venezolanos en su propia país, amenaza de sanciones a Venezuela por otro gobierno, violación permanente de derechos humanos en esa tierra por parte del dictador en turno, tratando de permanecer anclado a un poder que es imposible de sostener.

Pero no, se nos hace mas importante la discusión del político y el periodista. Llena los titulares lo que dice Uribe o lo que dice Samper Ospina, lo demás pasa a un segundo plano: pierden importancia las muertes, ya no se dice que la Canciller enviará una nota de protesta (que de cualquier manera solo servirá para que se crea que se hace algo), no importa que Maduro le diga narcotraficante, sapo y gobernante infame a Santos, o que la tierra se mueva y cause tragedias o que Trump castigue  Maduro y ponga a sufrir aún más al pueblo venezolano.

No es mucho lo que hemos evolucionado, seguimos dándole a lo social prevalencia sobre los demás acontecimientos cotidianos, tan importante es que primero miramos la posición de un individuo en la colectividad y después que dice o hace.

¿Por qué mejor no nos dedicamos a exigir la renuncia de nuestro actual presidente? Les aseguro que la mayoría de los colombianos soñamos con eso.




¿Ruptura Institucional?

 El presidente Gustavo Petro y el fiscal Francisco Barbosa no son amigos, ni en política y al parecer, tampoco en lo personal, esa relación ...