Evo Morales es un mandatario que no brilla por sus realidades como estadista, no tiene una preparación para esto y no se ha rodeado de un equipo que supla completamente esta falencia, su formación intelectual alcanza un nivel medio, pero tiene el respaldo de la mayoría de sus conciudadanos y esta en su segundo mandato consecutivo con la probabilidad de acceder a un tercero, estos logros, unidos a su condición de indígena llegado al poder por la vía democrática, le han dado un papel preponderante en Suramerica que no ha sido suficiente para que los Estados Unidos y países subordinados le tengan un mínimo de respeto.
No bastó que el Presidente declarara que no llevaba Snowden a bordo del avión para permitirle tránsito libre por el espacio aéreo, si lo hubiera llevado no habría sido motivo para negar ese tránsito, pues al ser una unidad al servicio del mandatario se convertía en territorio boliviano, soberano e inviolable y con el poder de abrigar en calidad de asilado a Snowden, a pesar de esto hubo requerimientos de registro por parte de algunos estos países que prefirieron agradar a los Estados Unidos a costa de violar el Derecho Internacional irrespetando al Presidente de Bolivia, al continente Sudamericano y advirtiendo al resto de naciones que sus derechos están supeditados a los requerimientos de los mandatarios estadounidenses.
Para los países involucrados en este penoso episodio es menos riesgoso agraviar a una nación a la que hay que dar más de lo que se le puede pedir, que molestar a Obama y dejar de recibir la palmadita en la espalda. Han declarado que no darán disculpas a Bolivia, la ONU y UNASUR (que no sirven para un carajo), se quedarán quietas y no pasará nada hasta que otro país cualquiera, se encuentre en una situación que moleste a los señores del norte.
