jueves, 30 de agosto de 2012

Las negociaciones con la guerrilla 

Colombia tiene hambre de paz y por eso negocia con genocidas narcoterroristas, esto no es de extrañar, es doloroso saber que es recurrente en la historia reciente: sucedió en el gobierno de Belisario, siguió Barco, Cesar Gaviria, Ernesto Samper, Andrés Pastrana. Alvaro Uribe (con guerrilla y paramilitares) y ahora nuestro actual Presidente Santos. Conocido eso, solo queda desear que se tenga éxito y la tan deseada paz por fin sea lograda, aunque la agenda de la mesa suscite dudas:
Es curioso que siendo la guerrilla el culpable de desplazamiento masivo de campesinos, de robo de tierras, de semovientes, hable de desarrollo agrario, protección de reservas y estímulos al sector.
¿Como estar tranquilo cuando uno de los garantes es simpatizante y auxiliador del grupo guerrillero?
Si abandonan drogas, secuestros, extorsiones, entonces, como se van a financiar para la reincorporación de mas de 8.000 integrantes del grupo a la sociedad, para su participación en política y lo principal, para resarcir a las víctimas, de las que casi nadie habla.
¿Porque el Gobierno asume los costos de logística del pelotón de 30 guerrilleros, si tradicionalmente no hay garantías de que este proceso tenga el resultado que el pueblo espera?
¿Porque el cese al fuego y de hostilidades "bilateral y definitivo" no se hace efectivo desde el inicio de los diálogos como es lo lógico?.
Duele ver como estos facinerosos con actos delincuenciales obtienen prebendas, mientras los Militares retirados son obligados a demandar al Estado para que le sean cancelados ajustes salariales legales, que los últimos gobiernos se han negado a pagar.       

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