sábado, 7 de junio de 2014

Diagnósticos peligrosos

En días pasados hablamos un poco de las palabras que sirven de comodín en el lenguaje popular, palabras que aportan un significado figurado a la idea que estamos expresando y que tienen un uso bastante frecuente en nuestra cotidianidad. Con las enfermedades tenemos una situación parecida:

Está el "Estrés"
Si Ud. tiene una lista de sus achaques tan larga que parece un diccionario y no tiene la platica para pagar un médico, no se preocupe, siempre habrá un batallón dispuesto a ayudarle, para ellos de algo ha servir la experiencia propia o la ajena, así que espere el diagnóstico irrefutable:

- Eso es estrés. (Los que saben prefieren llamarlo Noxa)

Este puede ser psicológico (la rutina diaria puede ser el causante) o físico.
Afortunadamente en el POS cualquier cosa sirve para esa afección y no va a haber problema con la medicina. Al estrés se le atribuye un dolor de cabeza, un colon irritable, un calambre, la caída del pelo, un aumento o baja de presión arterial, una afección en la piel, claro que si al tipo no se le para, no busque más, eso es estrés. Casi cualquier cosa es causada por este estado.

La realidad es que su diagnóstico no es exclusivo del cuerpo médico, cualquier amigo, el vecino, un familiar, una prostituta, cualquier persona se cree con capacidad para identificar un estresado y naturalmente, también recetarlo: “Tómate tres tragos dobles de aguardiente para que se acabe la vaina” Peligroso esto porque casi siempre es causante de la otra enfermedad que veremos:

El “Trauma”
Esa es diagnosticable aún por más personas que van desde el vecino, el amigo, el maestro, la muchacha del servicio o cualquiera que este cerca en ese momento. Malo en extremo si tenemos en cuenta la gravedad de esta enfermedad, que en ocasiones puede ser confundida o como dijimos, consecuencia del Estrés. Sus estragos en la persona pueden ser lesivos en mayor grado.

También los hay psicológicos o físicos.
Los psicológicos son los de mayor diagnóstico popular, siendo, paradójicamente el más dañino de ambos.
Si en el colegio al pelao se le olvidó algo de la lección, eso es trauma por el regaño que le dio la mamá por no hacer la tarea con juicio; en ocasiones es cogida como excusa: en clase de Educación Física el muchacho con flojera no quiere seguir y se busca la salida perfecta: es que el otro día tropezó con una piedra en el camino y esas ganas de no hacer nada son el producto del trauma que le ocasionó el traspié; cuando es hiperactivo, es probable que en sus años de infantiles fuera reprimido por sus actos, ahora se la está desquitando.
Y digo que es malo el diagnóstico popular porque el daño pudo ser causado por algo que solamente un profesional puede descubrir, si pasa el tiempo el resultado puede ser peor.

Y el “Trauma Físico”
La mayoría de las veces es identificable a ojos vista, por lo que se le hace más fácil para el pueblo sabelotodo diagnosticarlo y formularlo: cipote chichón, un poco de mentol con hojas de matarratón forrado con una venda y listo, a joder a otro lado compadre. Puede tener efectos secundarios el golpe, pero eso es motivo de más mentol y cambiar el matarratón por hojas de árnica porque en ocasiones la primera no sirve para un carajo, no hay problema con eso.


A pensar un poco antes de tirárnosla de profesional de la salud, es una irresponsabilidad que podría causar más daño que mejoría.


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