sábado, 19 de octubre de 2019

Terrorismo encapuchado

Hay una nueva forma legal para hacer terrorismo en el mundo: Los "encapuchados" que marchan con los manifestantes en las protestas, normalmente no llevan pancartas alusivas a lo que se reclama, tampoco lanzan arengas por lo mismo, pero si llevan piedras, bombas incendiarias y disposición  para saquear comercios o cualquier cosa que esté en el camino, su blanco principal siempre es la fuerza pública a la que atacan desde el interior de universidades o abiertamente en la calle aprovechando la restricción que las distintas disposiciones de  derechos humanos y constitucionales les imponen, tienen tanta fuerza que han obligado a gobiernos a dar marcha atrás a disposiciones tomadas, como le sucedió varias veces al presidente Santos en Colombia, caso del gobierno español en la detención de Puigdemont, del presidente ecuatoriano Lenín Moreno con el alza del combustible, del presidente López Obrador en México con el hijo del Chapo, aunque esto fue mas un enfrentamiento directo entre militares y delincuencia y recientemente, del chileno Sebastián Piñera por la tarifa del metro.

Los señalan como infiltrados para hacer terrorismo al amparo de la marcha protestante, sea de estudiantes, trabajadores, docentes, no importa de que se trate, lo importante es que están logrando desestabilizar el orden, ridiculizan a policías encargados de mantenerlo y siembran el caos por donde pasan convirtiéndose en un problema, o como dicen los medios en estos días: una problemática.

No es el caso de una nación, se esta viendo en todas partes, incluso en países como China, si la fuerza pública repele los ataques en la misma proporción en que los reciben, son acusados de abusar de la autoridad y castigados, si no lo hacen, quedan en ridículo ante la opinión general y señalados por incompetentes. 

Esperemos un correctivo, no se puede permitir que abusen de las medidas que protegen a la población de una represión violenta a su derecho a protestar.

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