sábado, 8 de febrero de 2025

Aranceles, aranceles

"El síndrome de «hubris» se refiere a una dimensión que caracteriza a ciertas personas que ejercen un poder excesivo, en cualquier disciplina. Viene del término hybris, que significa «desmesura» en griego. Sería lo antagónico a la moderación. El filósofo David E. Cooper lo definió como el exceso de confianza en uno mismo y el rechazo a las advertencias y consejos, tomándose a sí mismo como modelo. Describe a personas omnipotentes, arrogantes y soberbias que magnifican sus recursos o virtudes y se comportan de una forma despectiva hacia las demás personas, sobre todo, hacia aquellas que ejercen un trabajo menos relevante".

José Antonio Marina, en su libro La pasión del poder.

Donald Trump, gobernante de Estados Unidos y Gustavo Petro, en el gobierno de Colombia, tienen todas las características de poseer este síndrome. 

En la nación del norte, Trump está haciendo lo que quiere porque está representando a la primera potencia militar y económica del mundo, si no hay sometimiento, hay represalias, Colombia ya sufrió esta consecuencia al actuar frente a una situación denigrante respecto a los migrantes colombianos y hoy es ejemplo para el resto del mundo, si no hay acatamiento, le puede pasar lo mismo.

En Colombia, Gustavo Petro tiene el ego igual de inflado, pero le falta el respaldo que a aquél le sobra, no hay poder económico ni militar, bastó la amenaza de los aranceles para bajar la cabeza, meter el rabo entre las piernas y dar marcha atrás, Petro tiene razón en su reclamo, pero no se trata de eso, se trata de imagen, se trata de imponer condiciones, aquí la cosa es: ¡Yo soy! no hay alternativas, obedezcan o los aranceles los harán obedecer.

Esto no es un juego de naipes, no hay "faroles", no se acude a la suerte, son millones de personas los que enfrentarán las consecuencias de una equivocación. Tal vez el reclamo debió hacerse en otra forma, lo de ser el principal socio (?) en Sudamérica al gobierno de Estados unidos le importa poco o no le importa nada, no hubo respeto para actuar, tampoco respeto para los deportados y no solo los colombianos, también los mexicanos, los brasileños, dominicanos y todos sin distinción.

Agrandado por sus éxitos iniciales, Trump ahora va por Panamá, la franja de Gaza, China y quien sabe que más se le ocurra, no es predecible el comportamiento si se padece el síndrome mencionado.

Golpeado por su mala salida, Petro hoy trata de levantar su imagen con acciones parecidas a la del pasado Consejo de Ministros, donde tampoco le fué muy bien y una que otra crítica que a Trump le importan nada, es posible que la hora de la reflexión haya llegado.


Fuerza Pública en Colombia

 Las consecuencias de un mal gobierno son casi siempre predecibles, el presidente Petro está orgulloso de su pasado subversivo y así lo ha d...