viernes, 27 de diciembre de 2024

¡Me llamo Gustavo Petro y quiero ser su presidente!

Fue el grito de batalla de la pasada contienda electoral por la presidencia y sucedió así, es nuestro presidente, el primero con antecedentes probados de subversión y terrorismo.

El cargo no lo ha cambiado mucho, es muy parecido a un matón de barrio, se la pasa cazando peleas con todos los opositores, los demás poderes del estado no son la excepción, también han sido su motivo algunos gobernantes extranjeros, padece paranoia, lo cual lo hace ver un peligro en todas partes, continuamente recurre a un medio social para prevenir al pueblo contra un inminente golpe de estado, fraguándose desde cualquier institución en manos de la oposición, se queja por todo y de todo, especialmente de un mal antecesor: Duque.

En su afán de mejorar todo, (Es una obsesión) ha presentado muchos proyectos de cambio que, en su mayoría, no han sido afortunados, tal vez, con un poco menos de prepotencia hubiera podido conseguir más, tampoco ha tenido audiencia su discurso en organismos internacionales sobre hidrocarburos en el medio ambiente.

No todo es negativo, la economía del país ha tenido reconocimiento internacional, la inflación ha bajado, los niveles de desempleo mejoran. A pesar de eso, la aceptación a su desempeño no supera el 33% que es su nivel de seguidores en todo el país, como se ha demostrado en todas sus participaciones en eventos de elección popular y las distintas encuestas realizadas.

Para terminar su gobierno sería muy bueno que pudiera rebajar la corrupción en sus elegidos, en su familia y en sus allegados, que respetara y reconociera la independencia de los demás poderes institucionales y que no se queje tanto y gobierne como es debido


Fuerza Pública en Colombia

 Las consecuencias de un mal gobierno son casi siempre predecibles, el presidente Petro está orgulloso de su pasado subversivo y así lo ha d...